En torno al 30% de la energía que se consume en España corresponde a los edificios de viviendas, por lo que es indispensable mejorar su eficiencia para reducir el impacto medioambiental y lograr frenar el consumo energético.

Las comunidades de propietarios interesadas en acometer proyectos de mejora energética pueden informarse en los departamentos de energía de sus Comunidades Autónomas para obtener toda la información y solicitar las ayudas. El plazo se extiende hasta el 31 de julio de 2021.

Para poder acogerse al programa, las actuaciones realizadas deben justificar la reducción del consumo final y de las emisiones de dióxido de carbono con respecto a la situación de partida, mediante uno de los métodos de cálculo incluidos en la Directiva 2012/27/UE.

Además, los edificios deben haberse construido antes de 2007 y deben mejorar su calificación energética total en, al menos, una letra, medida en la escala de emisiones de dióxido de carbono (kg CO2 / m2 año) con respecto a la calificación energética inicial del edificio.

Las actuaciones se deben realizar sobre edificios completos, ya sea de vivienda unifamiliar; edificios de tipología residencial colectiva de vivienda; o edificios de cualquier otro uso (administrativo, sanitario, docente, cultural, etc.).

Mejora de los sistemas de regulación y control

Dentro de las actuaciones subvencionables podemos distinguir tres aparatados: mejora de la envolvente térmica; mejora de la eficiencia energética de las instalaciones térmicas; y mejora de las instalaciones de iluminación.

En el apartado segundo se encuadran las actuaciones realizadas sobre los sistemas de distribución, regulación, control y emisiones de las instalaciones térmicas. De esta forma, la instalación de repartidores de costes, válvulas y contadores es una actuación subvencionable incluida en el programa.

Estos elementos inciden directamente en un uso más eficiente de la energía dentro de cada vivienda, ya que el usuario toma conciencia del gasto en calefacción y adecúa su intensidad a las necesidades de cada momento. Se acaba así con el despilfarro de energía que supone la calefacción central donde, en muchos casos, la forma de regular la temperatura de una habitación consiste en abrir las ventanas.

Tomar conciencia del uso que hacemos de la energía y actuar en consecuencia es un elemento esencial para lograr ese ahorro y eficiencia energética que es el pilar de este Plan de rehabilitación.

Sólo así lograremos avanzar en el compromiso del Acuerdo de París, de 2015, que establecía unos objetivos ambiciosos de reducción de las emisiones globales contaminantes al medio ambiente.